Determinar con exactitud el riesgo que puede conllevar un incendio forestal es sumamente complicado ya que en ellos intervienen muchos factores. Uno de los sistemas más completos que existen para analizar el riesgo de los incendios forestales es la Matriz de riesgo (o Pentágono del riesgo) creada por Al Beaver.
Este sistema se centra en analizar 5 factores para concebir el riesgo:
- Probabilidad
- Severidad
- Exposición
- Valores
- Vulnerabilidad
La probabilidad hace referencia a un sistema de dos niveles: el primero sería la probabilidad de tener un evento extremo, alineada con la ignición; y el segundo nivel evaluaría más datos históricos de probabilidad como tendencias pasadas de ignición y frecuencia de eventos destructivos relacionados con el clima y el comportamiento del fuego. La probabilidad surge en todas esas igniciones y, por ese motivo, debe ser analizado cuidadosamente, porque no todos los regímenes del fuego serán los mismos, ni tendrán la misma probabilidad. Por ejemplo, ¿el régimen fue causado por un rayo o por actividad humana? Si es por un rayo, se tiene muy poco control sobre eso, pero si es por el factor humano, entonces sí, se tiene la capacidad mediante políticas, aplicación y educación para poder gestionar esta probabilidad.
La severidad se relaciona con la dirección y la velocidad de propagación del fuego, la intensidad, el tipo de incendios (si se trata de un incendio de capas o uno de pirocúmulos), la duración de la línea de fuego, desarrollo de la columna de convección, tasa de crecimiento del perímetro y del área, profundidad de la llama, consumo de combustible, flujo de calor radiante, estrés por calor, humo, terreno, pendiente, árboles peligrosos, pozos de ceniza y otros temas relacionados con la seguridad y salud de los bomberos.
Lo único que permite gestionar esto, en términos de control de riesgo, es gestionar los combustibles.
La exposición se refiere simplemente a qué tan próximo se encuentra el elemento de valor a la probabilidad. Es decir, el tiempo estacional y diurno que un valor que es vulnerable a la probabilidad y la severidad puede estar expuesto.
Cuando hablamos de valores hablamos de los valores sociales, económicos y ambientales determinados por las partes interesadas y la comunicación pública. Gran parte de esta inteligencia habría sido recopilada a partir de planificación de la gestión de riesgos a nivel estratégico y luego en cascada/en red a través de la preparación y gestión de riesgos de incidentes.
Por último, la vulnerabilidad se relaciona con cuan predispuesto al daño está un valor en relación con la probabilidad y la severidad evaluada. Puede estar determinada por la interacción de factores socioeconómicos, físicos y ambientales. Por ejemplo, algunos ecosistemas forestales adaptados al fuego pueden ser vulnerables a la alta intensidad o al fuego de copa, pero tiene una relación beneficiosa con fuego de baja intensidad. Es posible que tal ecosistema forestal pudiera perfectamente tener una relación benéfica con el fuego durante la mayor parte del período de quema diurna con solo unas pocas horas de impactos negativos durante las horas pico de quema.
Cabe destacar que una pequeña variabilidad en alguno de los 5 factores de la matriz de riesgo repercute directamente en las otras variables del sistema y que, si alguno de los valores es 0, entonces el riesgo será 0 – algo imposible en un sistema dinámico como el que habitamos-. La clave está en buscar el equilibrio y ello pasa por una buena gestión del paisaje ya que el combustible es el factor sobre el que más podemos influir.
El clima está condicionado por muchas variables, pero, con el paisaje adecuado, no podrá crear las condiciones de fuegos extremos idóneas.
Con este ejemplo seguro que podréis visualizar mejor los conceptos: en un ecosistema como el mediterráneo, que ha sido expuesto al fuego y tiene mucha probabilidad de tener algún incendio, si seguimos con este régimen, la severidad no sería tan grave y se conservaría el valor. En cambio, si redujéramos la exposición o la probabilidad, entonces el combustible se acumularía y eso haría que aumentara la severidad y reduciría el valor.
Para terminar, os dejamos con una pregunta para reflexionar: ¿Debemos focalizarnos en el paisaje o en las acciones de extinción que tenemos que ejecutar?
Este contenido ha sido posible gracias al convenio Vallfirest x The Emergency Program.