Vallfirest nació en 2007 de la mano de Javier Baena, ingeniero forestal y técnico GRAF Bombers de la Generalitat. En aquél entonces, apenas había habido innovación en el sector de los incendios forestales. Trabajar activamente en operativos en Europa y Estados Unidos, le hizo darse cuenta de la complejidad de un escenario donde las perturbaciones estaban cambiando, pero no así las soluciones disponibles.
vft: ¿Cuál fue el primer producto que desarrollaste?
J.B: La Antorcha de 1 litro. En aquel entonces era miembro de una unidad helitransportada. Cuando trabajas en este tipo de operativo, los requerimientos espaciales y de peso solo te permiten llevar una herramienta. Mi objetivo era rebajar el peso de las clásicas antorchas de 5 litros, para poder transportarla siempre en el bolsillo trasero de la mochila y disponer de ella en todo momento. De ese modo podría realizar un contrafuego cuando el incendio lo requiriera.
vft: Funcionó. Y decidiste continuar con Gorgui
J.B.: La historia de Gorgui es parecida a la de la antorcha. Sucedía que un día llegaba con un Mcleod y me encontraba una zona con mucha piedra. Otro día escogía un pulaski y me encontraba con un buen suelo orgánico… llegué a la conclusión de que necesitaba una herramienta multifuncional para todo tipo de terrenos y combustibles, un utensilio con el que cavar, cortar, cepillar, escarbar, arrancar y rastrillear.
vft: Nuestro producto insignia
J.B.: Gorgui evita que las cuadrillas terrestres transporten 3 o 4 herramientas para hacer el mismo trabajo, y puede suponer una verdadera ventaja para las unidades helitransportadas. Es un producto que define el ADN de la empresa. Vallfirest es una empresa joven. Competimos con fabricantes y productos que tienen 100 años de antiguedad. Un pulaski, un macleod… se vienen utilizando porque es lo que había y nadie se había preguntado ¿por qué utilizamos esto? Nosotros nos hacemos preguntas constantemente. ¿Por qué usamos cada herramienta? ¿Puede haber algo mejor? De aquí nacen nuestros productos.
vft: ¿Por qué no somos una empresa más del sector?
J.B.: Porque desarrollamos productos con profesionales de todo el mundo. Seguimos de cerca la actualidad de incendios, analizamos internamente lo que está ocurriendo sobre el terreno, preguntamos y escuchamos activamente a los bomberos, a quienes dejamos probar nuestros productos antes de lanzarlos al mercado, implementamos las mejoras que nos sugieren y nunca terminamos nuestras creaciones, porque queremos asegurarnos de que se adaptan a las necesidades reales. Estamos al servicio de los equipos de emergencias.
Estar en el terreno y compartir inquietudes nos permitió, desde el origen, tener una idea global de todo lo que pasaba en el sector y nos dio la oportunidad de conseguir la distribución en exclusiva marcas de primer nivel, como TrueNorth, que ofrecían herramientas y equipos para bomberos forestales. Durante este periodo de tiempo nuestro equipo de I+D trabajó en el desarrollo de nuevos equipos inspirados en el sector deportivo, industrial, militar e incluso de la minería, testando nuevos materiales, usando tecnología y poniendo la ergonomía, el peso y la eficiencia como bases de diseño. Hoy Vallfirest tiene un catálogo de más de 25 productos propios y está presente en más de 70 países.
vft: ¿Cómo has percibido el cambio de los incendios en los últimos años?
J.B: En los últimos años hemos visto incendios de comportamiento extremo en Chile, Portugal, Amazonas, Australia, California. Este pasado verano pudimos verlo en el Arco Mediterráneo y en la Patagonia Argentina. El cambio de usos del suelo (de la agricultura al abandono total de las zonas rurales), el auge de la construcción en zonas de interfaz urbano-forestal y una trayectoria climática de sequía y altas temperaturas están empezando a afectar al norte de Europa. Empezamos a ver incendios en áreas sin antecedentes históricos. Tenemos que estar preparados para este nuevo escenario. La falta de gestión de nuestro paisaje y la crisis climática están avivando los incendios forestales, que han dado un salto de comportamiento; los expertos hablan de un nuevo régimen de fuego. Estos incendios: que son capaces de alimentarse de la atmósfera, de cambiarla; no se pueden combatir con azadas o con mochilas de agua. Tarde o temprano nos veremos obligados a adaptarnos al cambio.
vft: ¿Cómo combatiremos los incendios del siglo XXI?
J.B.: El ataque directo irá disminuyendo en favor de la previsión y el trabajo estratégico. Responder a situaciones extremas garantizando la seguridad de los cuerpos de emergencia implica necesariamente un cambio en la forma de planificar las operaciones de extinción. Será cada vez más necesario utilizar la tecnología para predecir comportamientos, modelar y monitorear el avance de los frentes, realizar despliegues más estratégicos y maniobras avanzadas cuando se presente una ventana de oportunidad. La mecanización en la extinción, en las maniobras de ataque indirecto o paralelo va a ser una realidad. Si nos fijamos en los perímetros de incendios que hubo en 2020 en Australia, en Chile, ¿cómo podemos trabajar con herramienta manual o con línea agua esos miles de kilómetros de incendio? Las maniobras cambiarán, y eso hará cambiar los equipos de protección individual. El EPI que tenemos ahora no te está protegiendo del golpe de calor, los del futuro lo van a hacer.
vft: ¿Qué herramientas serán más útiles para poner el foco en la prevención?
J.B.: Antorchas, sopladores, herramientas manuales para quemas prescritas y desbroce, por supuesto, pero también herramientas robóticas (como Dronster) para trazar líneas de defensa mecánicamente y trabajar con eficiencia minimizando el daño a especies protegidas. Dronster ha sido diseñada para moverse con agilidad en terrenos forestales con perimetro de plantación estrecho, en pendientes pronunciadas y en superficies irregulares o pedregosas. También equipos de extinción heliportátiles y de rápido montaje (Heliskid) o vehículos que permitan una intervención rápida y tengan gran capacidad off road, como los UTVs o camiones ligeros, para un trabajo seguro y eficiente en zonas remotas.
vft: ¿Qué otras líneas de desarrollo vamos a implementar?
J.B.: El estudio de patronajes y la investigación para desarrollar equipos más ligeros. En los deportes de montaña como la escalada o el running, los fabricantes de equipación van al gramo. Los bomberos forestales están en las peores condiciones de temperatura, de visibilidad, de entorno y de situación. Reducir el peso y mejorar la ergonomía de los equipos es primordial.
La protección respiratoria es otra lucha que queremos abanderar. Hay un problema real de protección a nivel de monóxido, a nivel de partículas y sobre todo un problema muy grave a nivel de exposición directa a quemaduras e intoxicaciones. Hemos desarrollado una gama completa de equipos, desde filtros desechables FFP3, soluciones más complejas que trabajan el uso de filtros combinados o dispositivos de oxígeno químico, de circuito cerrado, para situaciones de atrapamiento. Seguiremos trabajando para mejorar las condiciones y ofrecer una mayor protección a los cuerpos de emergencia, incluyendo la seguridad pasiva.
vft: ¿Por qué esta apuesta por los equipos de autoprotección?
J.B.: Todos conocemos el incendio que hubo en Horta de Sant Joan en 2009 y las pérdidas humanas que se derivaron. Yo tenía amigos íntimos allí. Había trabajado un año antes en esa cuadrilla. Eso te marca. Después de lo ocurrido me encerré para analizar el accidente y pensar qué soluciones podíamos proponer para evitar nuevos accidentes. Qué productos se podían desarrollar para cambiar, mejorar y aprender de ello. De ese accidente salió La Fundación Pau Costa, productos, contactos internacionales. Igual que el COVID-19 cambiará muchas cosas, ese accidente también lo hizo. De ahí nació el Xtreme Kit, un equipo profesional de autoprotección formado por una mochila forestal ergonómica y ligera que incorpora un refugio ignífugo y una sistema de protección respiratoria para situaciones extremas de atrapamiento en incendio forestal.
Los incendios que empezamos a ver son impredecibles. Ni siquiera la comunidad científica es capaz de anticipar ciertos comportamientos. Todavía hay un gran desconocimiento sobre estos fenómenos. Los accidentes ocurren. El hecho de tomar precauciones a la hora de trazar un desliegue, no significa que no pueda producirse una situación de atrapamiento. Y por desgracia, con la generación de incendios que estamos teniendo, cada vez se producirán más situaciones de riesgo. El dispositivo que ha sufrido bajas y que ha tenido accidentes, está apostando por ello. Otros son más reacios. Nuestra apuesta parte de las lecciones aprendidas.
vft: ¿Por qué apoyamos proyectos de formación?
J.B.: Tener los conocimientos para leer y analizar el comportamiento del fuego es fundamental para hacer frente a la nueva generación de incendios forestales. De nada sirve tener una amplia gama de herramientas si no sabemos cuándo y dónde usarlas. La coordinación de los medios internacionales y la promoción de los intercambios es el camino a seguir. Para hacer accesible el conocimiento, en Vallfirest dedicamos un gran esfuerzo a patrocinar actividades educativas, formaciones, eventos y crear proyectos con fines divulgativos. El conocimiento es la base del futuro de la gestión de incendios forestales.