Datos frente a la información
En el análisis del comportamiento del fuego, nos encontramos con una gran cantidad de datos potencialmente disponibles. Podemos estudiar la intensidad del frente de llama en kilovatios por metro (kW/m) o el nivel de condensación por ascenso (LCL) en metros, lo cual nos indica a qué altura comenzará a condensarse la columna de humo. Estos datos, aunque valiosos para estudios y análisis posteriores, no proporcionan información práctica para los bomberos forestales que se encuentran en la primera línea de fuego.
Para comprender y predecir la propagación de un incendio, es fundamental adentrarse en la dinámica del fuego y su respuesta ante los factores de propagación. Estos factores son evaluados a través de variables que caracterizan el comportamiento del fuego, proporcionando información valiosa para determinar qué estrategia, tácticas y maniobras utilizar en cada situación.
¿Qué nos aportan las variables de comportamiento?
Las variables de comportamiento del fuego constituyen mediciones objetivas y cuantificables de un frente de llamas. Estas variables permiten:
- Ser exactos en la transmisión de información del comportamiento que está desarrollando el incendio.
- Calcular nuestra capacidad de extinción sobre las distintas partes del incendio.
¿Cuáles son las variables de comportamiento relevantes en un incendio forestal?
En incendios forestales, las variables de comportamiento que proporcionan información valiosa son:
- La longitud de llama: Nos indica la intensidad de la llama.
- La velocidad de propagación (ROS por sus siglas en inglés, Rate Of Spread): Muestra la velocidad con la que se desplazan las llamas.
- La dinámica de focos secundarios: Informa sobre la presencia, cantidad y distancia de los focos secundarios.
Si somos capaces de analizar el comportamiento del fuego y relacionarlo con los factores que influyen en dicho comportamiento, estaremos preparados para realizar un análisis y predecir cómo se desarrollará el incendio.
En el Wildfire Lesson anterior hablamos de la “Caja de herramientas”. Ahora que ya sabes todas las posibilidades que nos encontramos y como las podemos combinar, veamos como estas se relacionan con las variables de comportamiento.
La longitud de llama
Para evaluar la capacidad de control y extinción de las llamas, es necesario calcular la energía liberada por el frente de fuego. Calcular en metros la longitud de llama nos da una idea aproximada de la energía liberada y si tendremos capacidad de extinción o no. Asimismo, proporciona información sobre qué herramienta es adecuada para la extinción y si se requiere un ataque directo o la combinación de varias herramientas y maniobras combinadas.
Por ejemplo, al enfrentar llamas de aproximadamente 1-1.5 metros, podemos utilizar el batefuegos Alaska junto con un equipo de protección completo. Sin embargo, si la longitud de la llama supera los 2 metros, se necesitará una maniobra combinada que involucre la mochila extintora VFT PRO de 20 litros. La maniobra consistiría en varias descargas de agua con la mochila con la intención de reducir la longitud de llama y, por detrás, el batefuegos para terminar de extinguir las llamas. En casos más extremos, de 3-4 metros de longitud de llama, necesitaríamos una descarga de un medio aéreo por delante para posteriormente, atacarlo con la mochila y el batefuegos. Como ves, según la longitud de llama podemos hacer frente a las llamas con la utilización de una herramienta o la combinación de varias de estas.
Es importante destacar que, para medir la longitud de la llama, se debe tomar la mitad de la base del ancho de la llama y trazar una línea recta hasta su vértice. No debemos confundir la longitud de llama con la altura de la llama, ya que una llama puede ser muy inclinada y tener una gran longitud, pero una altura pequeña.
La velocidad de propagación
En segundo lugar, al analizar el comportamiento del fuego, debemos considerar la velocidad de propagación, que determina el ritmo de avance del incendio. Esta velocidad se calcula linealmente y nos proporciona el tiempo necesario para que el fuego recorra una cierta distancia. En esencia, se trata de una relación entre la distancia recorrida y el tiempo transcurrido.
Aunque es posible utilizar medidas de superficie por unidad de tiempo, como hectáreas por hora, en la práctica suele ser más conveniente calcularla en metros por hora o kilómetros por hora.
Supongamos que un frente avanza a 400 metros por hora en una dirección fija. Si creamos una línea de defensa con la combinación de varias Gorguis, la velocidad aproximada a la que avanzaremos será de unos 300 metros por hora. En este escenario, si trabajamos flanqueando el incendio no atraparemos la cabeza del incendio hasta que esta disminuya su velocidad. Sin embargo, una combinación de herramientas manuales con línea de agua permite aumentar nuestra velocidad de extinción, puesto que el trabajo con herramientas manuales puede consistir en una rápida estabilización y es la línea de agua quien extingue y liquida las llamas, llegando a avanzar a 500 metros/hora.
Si la velocidad de extinción supera la velocidad de propagación, las estrategias son efectivas. En caso contrario, se requerirá la combinación de herramientas o la reevaluación de la maniobra. Esta relación da lugar al término "Ratio de extinción", que se desarrollará en un próximo artículo de Wildfire Lessons.
Es fundamental destacar que las velocidades de trabajo con diferentes herramientas que hemos planteado son aproximadas, ya que dependen del tipo de terreno, la vegetación, la condición física de los bomberos, su experiencia y otros factores que pueden influir.
La dinámica de los focos secundarios
Un foco secundario es un nuevo foco de ignición que se genera fuera del perímetro del incendio, por paveseo del mismo o lanzamiento de material incandescente dentro de la columna de humo.
En este contexto, resulta crucial conocer la cantidad de focos secundarios y su distancia en metros o incluso kilómetros. También es relevante saber en qué parte del incendio podrían surgir, ya que no se limitan exclusivamente a la cabeza del fuego. Generalmente, los focos secundarios seguirán el mismo comportamiento que el incendio que los originó, por lo que su presencia debe considerarse en materia de seguridad para el operativo.
En esta dinámica de focos secundarios, la Tactical Unit 2 junto al kit de extinción y el Heliskid se presenta como un recurso indispensable. Su capacidad para transportar agua, junto con la facilidad de acceso a áreas inaccesibles, permite controlar los focos secundarios de manera rápida y efectiva antes de que crezcan y se comporten como un incendio independiente o se junten con el foco principal.
La eficacia, eficiencia y la seguridad: Clave en nuestras herramientas, pero también en nuestras maniobras
En resumen, en el trabajo relacionado con incendios forestales, es necesario adquirir una visión amplia para interpretar los datos relevantes. Esto nos permitirá comprender lo que el incendio está haciendo y lo que puede hacer en una situación dada. Nos enfocamos en variables operativas objetivas, cuantificables y universales. Además, es esencial conocer las capacidades de nuestras herramientas y comprender que la combinación adecuada de estas puede aumentar nuestra capacidad de extinción.
La eficacia, la eficiencia y la seguridad deben ser elementos clave en nuestras maniobras. El conocimiento de las variables de comportamiento y la disponibilidad de herramientas apropiadas nos capacitan para tomar decisiones que tengan en cuenta estos tres aspectos fundamentales.
Este contenido ha sido posible gracias al convenio Vallfirest x The Emergency Program.